jueves, 13 de mayo de 2010

Be creative, my corp.


La creatividad no es un don divino ni tiene nada que ver con musas inspiradoras, ni va unido de cierto tipo de personalidad, ni depende del azar o del puesto de trabajo que se ocupe. Si existe algo que realmente determina a la creatividad, sería la persistencia, la motivación y el esfuerzo. Venimos con el software instalado de serie. Sólo necesitamos activarlo.


La expresión “yo no soy creativo” es una mentira de por sí. TODOS somos creativos. Aunque algunas personas son naturalmente más creativas que otras, todos podemos tener ideas creativas. Decir que no eres creativo es como decir que no eres un ser humano.


El desarrollo real de la capacidad creativa en las empresas se consigue con la práctica. La creatividad se materializa cuando se crea. Crear ideas. Plantear problemas y encontrar soluciones. Esa es la mejor forma de aprender, entrenar y desarrollar la creatividad, practicando con la capacidad de crear. Además, la experiencia de la creación es un camino de no retorno. Quien la lleva a cabo no vuelve a ver la realidad como algo estático y permanente. Creando comprendes que eres tú mismo el que controla y produce la realidad que te rodea.


Hoy en día, las compañías compiten en un mundo de cambio económico y tecnológico, que se está moviendo más rápido que nunca. La habilidad de adaptarse y tomar decisiones ágilmente en situaciones de gran incertidumbre es clave. Para sobrevivir, necesitan contar con personal capaz de desarrollar sus habilidades creativas y, sin embargo, el modus operandi de la mayoría de estas empresas atenta contra la creatividad.


Si queremos empresas más creativas, tenemos que ponernos a crear sin dudarlo. Para ello, hay que propiciar y facilitar los recursos y las oportunidades, poner en marcha procesos y actos creativos. Existen muchos métodos eficaces y de sencilla ejecución para cualquier equipo profesional previamente entrenado y cohesionado. Asimismo, existe suficiente material para el entrenamiento de las habilidades que propician la creación: desde los ejercicios de percepción hasta la realización de conexiones inusuales.


La creatividad, y las herramientas para estimularla, están al alcance de cualquier persona u organización que se decida a dar el paso. Simplemente, hay que decidir si se asume el reto de atreverse a crear para adelantarse a las necesidades del mercado, o si, por el contrario, preferimos esperar y acabar corriendo detrás de los clientes.


La conclusión, la empresa que no es creativa, es porque no quiere. O no se atreve. El inmovilismo y el miedo son los dos mayores enemigos de la creatividad y, por lo tanto, de la competitividad.

Y tú, ¿sientes que tu empresa aprovecha y estimula tus habilidades creativas? ¿O por el contrario las frena?

No hay comentarios:

Publicar un comentario