Hemos oído muchas veces que la clave de la innovación es el capital humano innovador que pueda llevarlo a cabo, líderes, ejecutivos y emprendedores capacitados para crear, innovar y afrontar los cambios. La pregunta es entonces: ¿qué caracteriza a una persona innovadora? ¿Son distintos de los demás? ¿Piensan diferente?
Un estudio realizado por tres investigadores (Hal Gregersen, profesor de liderazgo de Insead; Clayton Christensen, profesor de administración de en la Harvard Bussiness School; y Jeffrey Dyer, profesor de estrategia en Brigham) y publicado en la Bussiness Harvard Review, ofrece algunas respuestas interesantes a esta cuestión clave. Su título es revelador: “El ADN del innovador: cómo ser un innovador disruptivo”.
Los autores analizaron distintas actitudes y aptitudes de 25 emprendedores innovadores (por ejemplo Jeff Bezos, creador de Amazon, o Mike Lazaridis, de Reseach In Motion, compañía inventora de Blackberry), y las diferencias de éstos respecto a otros directivos y empresarios. Para completar la investigación se pidió a cada uno un informe de autoevaluación, y se realizaron encuestas de 360º sobre las habilidades innovadoras a más de 3.000 ejecutivos y 500 personas que crearon una compañía innovadora o inventaron nuevos productos.
Como conclusión general, el informe identifica cinco 'habilidades de descubridor' (“discovery skills”) que diferencian a los ejecutivos más creativos del resto:
-Asociación inmediata y global: capacidad de conectar entre sí temas, problemas e ideas; a priori sin relación aparente e incluso de diferentes ámbitos. Las compañías más innovadoras suelen crecer a través de las asociaciones divergentes entre sus fundadores, ejecutivos y empleados.
-Cuestionamiento permanente: las personas innovadoras están constantemente preguntando y planteando dilemas que ponen en tela de juicio el orden establecido. Se trata de la famosa máxima “cuestionar lo incuestionable”. Mientras la mayoría de directivos se centra en cómo hacer que el sistema actual mejore, que los procesos productivos sean más eficaces o de optimizar costes; los emprendedores con un carácter más innovador están siempre abiertos a asumir nuevos retos.
-Observación intuitiva y minuciosa: este tipo de ejecutivos son capaces de desarrollar multitud de ideas simplemente a partir de su capacidad para observar atentamente procesos comunes, fijándose en detalles que otros pasan por alto, especialmente los relacionados con los comportamientos, hábitos y necesidades de sus clientes.
-Predisposición a la socialización y el trabajo en red (“networking”): los buenos emprendedores dedican tiempo a cultivar sus relaciones personales y profesionales. En realidad, se trata de otra forma de poner a prueba sus ideas a través de su red de contactos. La diferencia con los ejecutivos tradicionales es que mientras estos hacen networking en busca de recursos, los innovadores lo hacen en buscan de ideas nuevas y como forma para extender sus conocimientos.
Según Gregersen, dichas habilidades no son inaccesibles ni misteriosas: es posible entender, reforzar y modelar el 'ADN' del innovador de forma que pueda instalarse y programarse en todo el mundo (a través de formación, cambio de percepciones, técnicas de creatividad…), aunque para ello también es necesario tener la predisposición adecuada.
Y tú, ¿te reconoces o reconoces a alguien de tu entorno empresarial en el perfil de los innovadores?